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La Alberca visita de nuevo el antiguo Lavadero de Lanas en una ruta de senderismo
Escrito por RedacciónLunes 03 de Noviembre de 2014 20:02
www.nosolomerida.es | Unas cincuenta personas asistieron el pasado domingo 2 de noviembre a la que se ha dado en llamar la II Ruta al Lavadero de Lanas de Peñaovejera. Senderistas de toda la comarca participaron en la Ruta organizada por Amigos Senderistas ´La Alberca' de Ribera del Fresno, desde Badajoz, Montijo, Mérida, Puebla del Prior o del mismo Ribera del Fresno. La marcha partió desde el Parque de la Alameda, junto al Arroyo Valdemedel donde Teresa Rodríguez daba el pistoletazo de salida a las 8:15 minutos de la mañana con una breve introducción y mención de los lugares por los que previamente el grupo pasaría. La primera parada obligada sería en la zona ZEPA situada en la Parroquia Nuestra Señora de Gracia, uno de los lugares más veteranos en toda la Tierra de Barros donde vienen colaborando desde hace años DEMA y AMUS en la recogida y salvamento de pollos de cernícalos caídos del nido. De este modo se cuenta así con 25-30 parejas de las cuales anidan en la Parroquia en nidos artificiales instalados sobre la cubierta y otros en madera colocados en sus torres, comentó Teresa.
Acto seguido se tomaría el Camino hacia Almendralejo y posteriormente hacia el paraje de la Huerta de San Pedro, para finalizar justo enfrente en la zona denominada Lavadero de Lanas de Santiago del Cacho, como así explicaría Juan Francisco Llano Báez, miembro de éste club e investigador local que matizó del porqué de la raza merina y churra, de la ubicación del lavadero y su posterior caída en el olvido, de las personas que lo habitaron, cuadrillas que en él trabajaron etc. Un avituallamiento que una vez más consiguió cautivar a locales y foráneos en la riqueza patrimonial de éste pequeño municipio pacense. Tras reponer fuerzas, foto de familia y vueltas las ganas de andar, la próxima parada no fue otra que Las Huertas de San Pedro donde de nuevo Llano Báez situaría la vieja y desaparecida ermita santiaguista con devoción a San Pedro y la venta de Solís, un lugar de paso transitado no hace mucho y del que sólo quedan los cimientos de su alberca. Caminos, parajes, veredas y pasiles por los que acceder para regresar a Ribera del Fresno y en todo momento apoyados por Teresa por la variedad de especies naturales con las que el grupo encontraría a lo largo y ancho de la ruta. Finalizada ésta se pudo comentar como fue, al grupo pareció corta, 16,800 kilómetros en poco menos de cuatro horas. Climatología bastante buena, ni llovió como en un principio se creyó, ni hizo calor como para hacerse pesada, lo que hizo que la experiencia fuera espectacular.
Una ruta que continuarían los vecinos de Mérida por las calles de la villa para conocer su pasado más señorial y solariego, sus calles más ilustres hasta bien entradas las dos de la tarde con las primeras gotas del día.
Acto seguido se tomaría el Camino hacia Almendralejo y posteriormente hacia el paraje de la Huerta de San Pedro, para finalizar justo enfrente en la zona denominada Lavadero de Lanas de Santiago del Cacho, como así explicaría Juan Francisco Llano Báez, miembro de éste club e investigador local que matizó del porqué de la raza merina y churra, de la ubicación del lavadero y su posterior caída en el olvido, de las personas que lo habitaron, cuadrillas que en él trabajaron etc. Un avituallamiento que una vez más consiguió cautivar a locales y foráneos en la riqueza patrimonial de éste pequeño municipio pacense. Tras reponer fuerzas, foto de familia y vueltas las ganas de andar, la próxima parada no fue otra que Las Huertas de San Pedro donde de nuevo Llano Báez situaría la vieja y desaparecida ermita santiaguista con devoción a San Pedro y la venta de Solís, un lugar de paso transitado no hace mucho y del que sólo quedan los cimientos de su alberca. Caminos, parajes, veredas y pasiles por los que acceder para regresar a Ribera del Fresno y en todo momento apoyados por Teresa por la variedad de especies naturales con las que el grupo encontraría a lo largo y ancho de la ruta. Finalizada ésta se pudo comentar como fue, al grupo pareció corta, 16,800 kilómetros en poco menos de cuatro horas. Climatología bastante buena, ni llovió como en un principio se creyó, ni hizo calor como para hacerse pesada, lo que hizo que la experiencia fuera espectacular.
Una ruta que continuarían los vecinos de Mérida por las calles de la villa para conocer su pasado más señorial y solariego, sus calles más ilustres hasta bien entradas las dos de la tarde con las primeras gotas del día.
En el paraje de Peñaovejera donde se sitúa el Lavadero de Lanas explicación de Juan Francisco Llano |
Teresa Rodríguez se dirige a senderistas y caminantes para tratar el tema de la zona ZEPA en la Parroquia Ntra. Señora de Gracia |
A escasos metros para llegar al Lavadero de Lanas |
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