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domingo, 25 de septiembre de 2005

El batallón infantil en las fiestas del Cristo de las Misericordias

De Ribera del Fresno 
Las fiestas del Santo Cristo de las Misericordias
<<.....et qui in linguo vincebat in ligno quoque vinceretur>>
Para terminar, el batallón al completo posó para esta fotografía que acompaña a este escrito y así pasar a la posteridad.

Este día, el día que la Iglesia celebra la Cruz (14 de septiembre) es el que el cristiano, el patriótico, el culto, el monárquico y el leal pueblo de Ribera del Fresno (Badajoz) ha elegido, desde sus principios, para su feria y fiesta, amparándose bajo la enseña de Cristo, bajo la advocación del Santo Cristo de las Misericordias.
¡Excelente elección la que de aquellos antepasados de Ribera del Fresno que, al valor acrisolado de sus virtudes, unían el de su energía con las armas ante el enemigo de la patria y su enérgica decisión a la colaboración del engrandecimiento de la misma, apareciendo,como cristianos, cual si fueran monjes, y como hombres, a la manera de fieros leones, que jamás permiten ser vencidos!. 
Leed la Historia y ella os dirá quienes eran esos hombres, ella os dirá lo que hicieron y ella os demostrará su heroicismo, su cultura y su fe, tres cualidades que aún laten en sus descendientes y hoy actuales hijos de Ribera; pues si aquellos supieron derramar su sangre por ensanchar el horizonte de la patria; si aquellos supieron elevar su nivel intelectual a gran altura en Derecho, Ciencia y Medicina; si aquellos con su fe supieron ganarse el aprecio y consideración del que hizo y hará aquello con que se encabeza este escrito; si aquellos supieron elevar su dignidad hasta el punto de elevar su Municipio a la categoría de Marqués, sus hijos de Ribera del Fresno, mantienen el mismo criterio con las misma fe, con el mismo entusiasmo, con el mismo valor y con la misma energía. 
    Estos, con sacrificio, abnegación y fe han erigido al Dios que todo lo puede, al Cristo de su Misericorida, un nuevo templo de estilo del Renacimiento, que sí no puede competir con otros en tamaño puede hacerlo en presentación, forma y custodia, a lo cual contribuyen con su esmero, entre otras personas, el señor Aparicio, su mayordomo, y el señor Reynolds, su secretario. 
    Estos, con su digno alcalde a la cabeza, don Manuel Bazo, han sabido rendir culto a ese Cristo y adherirse a la Monarquia, que es la patria, que es el engrandecimiento, que es la ley, que es el honor y es...la ciudadanía. 
    Y estos han sabido higienizar su pueblo, plantando arbolado, alcantarillando sus calles y pavimentando las mismas cual si fuera una corte en donde hubieran de residir regias magestades. 
    Todos y cada uno de los ciudadanos de Ribera del Fresno contribuyen con su obolo al engrandecimiento de su pueblo y al de la patria, y todos quieren que España sea grande, que su pueblo sea leal, que sus hijos sean cultos y que su Cristo, el Cristo de las Misericordias, sea honrado, venerado, adorado y querido.  Para ello no escasean nada; tiran, como vulgarmente se dice, hasta la casa por la ventana. 
    Este año, el año 1925, será de eterna memoria para todos los que hemos tenido la dicha de hallarnos en este noble y leal pueblo en las fiestas de su Cristo, el Santo Cristo de las Misericordias, a cuyo amparo nos ponemos y a quien pedimos fervorosamente su protección.
El batallón infantil.- La música de Gravelinas
El día 13, víspera de la fiesta, se esperaba la banda de música del regimiento de Gravelinas, que había de amenizar con sus acordes la fiesta del pueblo, y a recibirla salieron las autoridades y maestros, acompañados del batallón infantil mandado por su simpático jefe el niño Félix Aparicio, que supo rendir los honores de rúbrica al capitán don Manuel Hurtado, director de la banda dicha a quien presentó sus fuerzas y quien después de pasar revista minuciosa a éstas, quedó satisfecho de ellas, de su organización y de su dirección ( a lo cual han contribuído con especialidad el señor Fuentes y el señor Cantero).cambiados los saludos de rúbrica organizóse la fuerza, colocándose cada cual en el puesto que le correspondía,y al toque del corneta de órdenes del batallón infantil, que llevaba a su cola a la preciosa cantinera, niña Cantero, se rompió marcha, desde el puente al Cristo de las Misericordias, al oído de los acordes del hermoso y bien ejecutado pasodoble titulado <<La bandera>>, en donde, desde la azotea de dicho templo, se elevaron a la atmósfera vistosos globos grotescos, mientras que el señor Hurtado, con su banda, alegraba los corazones de los y de las concurrentes al acto, que terminó con el desfile de las fuerzas, a las que acompañó con gusto y simpatía el señor Hurtado hasta el cuartel general, en donde quedó nombrado el servicio de vigilancia (infantil) a cargo del teniente Sanz, el sargento Otero y los cabos López y Monzú. Entretanto, en el templo del Cristo se celebraban solemnes vísperas, y a las diez de la noche se cantó un gran <<Miserere>> por los señores don Salvador, don Damián y don Juan José Crespo, a continuación del cual, y en el atrio del susodicho templo, se quemó una bonita colección de fuegos artificiales, amenizando los entreactos con sus armonias la bien dirigida banda de música de Gravelinas número 41. 
Fiesta Religiosa
El día 14 fiesta del pueblo, a las seis de la mañana, la banda de música recorrió las calles de la población tocando alegres dianas, y a las nueve, en formación con el batallón infantil, acompañó a las autoridades al templo, donde, escoltada por la escuadra de gastadores infantiles, que manda el culto niño Antonio Maestre, se celebró la misa solemne del día, haciendo uso de la palabra en la cátedra sagrada el muy ilustre señor magistral de Coria, don José Antón Ortíz quien con palabra fácil, sencilla y elocuente supo pintar la figura de Cristo y robustecer la fe que los ribereños tenemos en nuestro santo y excelso Patrón. 
El concierto
Por la tarde hubo conciertos musicales, que se prolongaron hasta altas horas de la noche; elevóse un sin número de glos grotescos, y era una delicia contemplar la hermosura de la multitud de señoritas quem, con su presencia, esbeltez y galanura, elevaban la fiesta a su mayor esplendor. El día 15, después de terminar la banda el recorrido de la población, alegrando las calles con sus alegres dianas, a las nueve se organizó una procesión con la Cruz sacrosanta de la Santa Misión de este año, desde la iglesia parroquial hasta el santuario del Cristo de las Misericordias, la cual fue escoltada por la escuadra de gastadores, siguiendo las autoridades eclesiásticas, civiles y militares, y cerrando la marcha el batallón infantil, al mando de su jefe el niño Aparicio.
Bendición y entrega de la bandera 
Llegados al santuario se celebró en el mismo una misa de campaña, escoltada por los gastadores, al final de la cual el señor cura párroco don Ventura Gallego Redondo bendijo con las prescripciones de ritual, la bandera del batallón infantil, que entregó, ya bendita, a la madrina de la misma, niña Francisca Fuentes, quien para ponerla en manos del jefe del batallón pronunció un discurso, del cual sólo recordamos lo siguiente (poesía del señor Smenjaud, maestro nacional de la localidad):
“Valerosos capitán
de la infantil compañía
me ordena la autoridad
que sea vuestra madrina.
Que venga a representar
a nuestra patria querida
y esa orden singular
he venido aquí a cumplirla.
En vuestro valor leal
esta bandera, bendita,
por mis manos deposita
para que la defendáis,
y con ella os cubráis
de laureles y dichas
y que siempre la tengáis
en más honor que la vida.
¡¡¡Tomadla!!! Vuestra madrina
en vos fía, capitán.
¡¡Llevadla!!que la jurar
quiere ya tu compañía”.
Terminando con vivas al Rey, a Cristo, a las autoridades, a Ribera y al Ejército. 
Mientras la niña madrina recitó su discurso, el niño Aparicio, que había, como jefe, de recibir la bandera, se colocó frente a la niña con espada presentada...y al hacerse cargo de la enseña su actitud conmovió los corazones de los circunstantes, pues cayó rodilla en tierra, rindió el arma, y en esta posición, con voz precisa, clara y emocionante, dijo:
“Oh dulce, preciosa niña,
que a mi patria representas,
una bandera me entregas
para mi norte y guía,
y te juro defenderla
(del Santo Cristo en el día)
con la sangre de mis venas,
con las armas y la vida.
Mis soldados te veneran
y vienen a recibirla,
y las armas te presentan,
mientras que yo, de rodillas,
a tus pies, España bella,
jefe de la compañía,
me hago cargo de esta enseña
que es tu sangre y es la mía”.
Al final de cuya poesía se levanta enérgico y, llevando en la mano izquierda la bandera y en la derecha la espada, en actitud de defensa, se dirige al lugar en que se halla el abanderado (niño Manuel Vera) a cuyo frente se pone, colocando la bandera entre los dos y diciendo:
“A vuestro hidalgo valor
esta bandera confío
¡¡¡La defenderéis conmigo!!!
¿Me lo juráis?”
A lo que el abanderado contestó:
“¡¡Sí, señor!!”
Al momento colocó la bandera en el estribo de la banda o fajín del abanderado, quien la tomó por el asta inclinándola un poco hacia la derecha, a cuyo lado se colocó el niño jefe, Aparicio, que tomando los pliegues de la bandera con la mano izquierda y aplicando sobre ellos la espada que tomó en la derecha, en forma de cruz, dirige su vista hacia los soldados y les dice:
“¿Juráis todos en unión
defender esta bandera
de la compañía enseña
con la vida?”
A lo que todos los soldados a una contestaron
“¡¡¡Sí, señor!!!”

En este momento, con una solemnidad majestuosa, rompió la música y banda a tocar la Marcha Real a la vez que los niños soldados fueron desfilando ante su bandera, con la que en ordenada formación y cerrando marcha a la procesión que de santuario volvía a la parroquia, se reintegró al punto de partida, yendo seguidamente al Ayuntamiento, donde se les gratificó y obsequió con refrescos durante el cual se dejaron oír los acordes de la música sonando en los intermedios numerosos vivas a España, a Ribera, al Rey, al batallón, etcétera, y pronunciando un corto pero sentido discurso el alcalde, señor Bazo quien enalteciendo la honrosa figura del niño soldado, supo dar a éste alientos y normas para ser buen ciudadano, buen patriota y buen hijo. ¡Leer a esa autoridad que también sabe portarse! Por último, el día 16, para terminar la fiesta sin dejar de dar a conocer al público la disciplina y educación de los soldados niños, en las eras de la explanada del puente, hicieron éstos los ejercicios de táctica militar de orden cerrado, y era deber la precisión, desenvoltura y rapidez con que ejecutaban los movimientos que su jefe les ordenaba. La terminación fue colosal; las ovaciones se sucedían y a cual más todos estábamos entusiasmados y conmovidos con los niños de hoy y hombres de mañana, haciéndose difícil la marcha hacia el Santo Cristo, en donde había de dar principio, y de hecho se dio, a la gran retreta militar que puso fin a los festejos celebrados, que tan gratos recuerdos nos dejan, que tantas glorias nos recuerdan y nuestro pasado evocan.- Corresponsal.


(Este relato está sacado de la crónica aparecida en el periódico “Correo de la mañana”, del día 25 de septiembre de 1925, en su página 3ª. http://prensahistorica.mcu.es/…/catalogo_imagenes/grupo.cmd…) y ha sido facilitado por José Javier Romero Cachaza

Leer más: Correo de la mañana Año XII Número 3603 - 1925 septiembre 25



No es fácil reconocer después de tantos años los rostros de muchas personas que aparecen en la fotografía, no obstante sí que hay familiares que aún conservan la fotografía y aún recuerdan cuando sus abuelos/as les señalaban su lugar, el que guardaban en la foto ese día, así, nietos como Isidro Bote Suárez y su prima María de los Ángeles Báez nos hacen llegar, "el que está detrás de la muchacha de blanco de la derecha, al lado de una niña vestida de militar también, que tiene como un cofre en las manos... estoy casi segura, en la primera fila de abajo, a la derecha, hay dos niños sentados pues el que está arriba de ellos, y junto a la niña del cofre... es él". Su hija Dolores Suárez Campillejo, nos apunta que ahí Enrique Suárez tenía 8 años, había nacido el 7 de octubre de 1917 y que falleció el 29 de marzo del 2010. Hijo de Francisco y Dolores.