Hoy martes  15 de julio, este ha sido el tema expuesto en el encuentro Parroquial que venimos celebrando todos los martes, a las 21:30 horas.
Avisar que por motivo vacacional queda aplazado hasta el próximo martes día 26 de agosto donde se volverá a retomar los encuentros.  
 
                                                          PRESENTACIÓN DEL PÁRROCO
D. Francisco Suárez Salguero ; Párroco de la Santa María del Alcor
D. Francisco Suárez Salguero ; Párroco de la Santa María del Alcor
(Encuentro Parroquial 15 de julio de 2014)
 Cuando en el verano de 2007 hubo noticia de que yo venía como nuevo párroco a El Viso del Alcor, no faltó quien indagara enseguida acerca de mí, difundiendo que se estaba celebrando entonces una exposición de mis pinturas en la Casa de la Cultura de Villafranca de los Barros. Y se dispusieron en El Viso a recibirme, ya diré cómo, en su momento, sin mucha tardanza, cuando se pueda.
   Pero lo que procede ahora es ofreceros mi presentación, de manera completa y todo lo breve o resumidamente que puedo.
   Nací el 4 de enero de 1953, en el seno de una amplia familia de campo, de muy prolongada vida agrícola y ganadera, en Ribera del Fresno (Badajoz), un pueblo muy bonito de la Tierra de Barros del que podría contar muchas cosas.
   Me bautizó el entonces párroco de mi pueblo, Don Ángel Zoido Gil, el 12 de enero de 1953, al término de unas misiones populares.
   Mis padres fueron Francisco y Antonia, que tuvieron también una hija, mi hermana Micaela. Mi padre me educó en un valor fundamental que siempre le agradeceré: la libertad. Él tenía un gran sentido de ella, como de otras buenas cosas que me transmitió.
   Mi niñez fue muy feliz y desenvuelta, enteramente campesina y lúdica. Mi madre me bañaba entre pétalos de flores. Mis abuelos me agasajaron un montón.
   A mis 4 años de edad me enseñó a leer Teresa García, en la Institución Hogar de Nazaret.
   Hice mi Primera Comunión el 28 de agosto de 1960, domingo, llevado a Misa por la mañana, a mis 7 años de edad, como era lo habitual entonces (con celebración en la reducida intimidad del hogar como también era lo habitual).
   Mi confirmación fue a mis 9 años de edad. Me confirmó el obispo D. Doroteo Fer
ente guardo muy principal y grato recuerdo de la Institución Hogar de Nazaret que se fundó en pueblo por el que fue su párroco durante la guerra civil D. Luis Zambrano Blanco). Mis estudios, digamos en serio, los hice a partir de los 15 años de edad, siempre obteniendo excelentes resultados académicos:
   1º de Bachillerato Elemental por libre (examinado en el Instituto Santa Eulalia de Mérida).
   2º de Bachillerato Elemental en el Colegio Nuestra Señora de la Piedad de Almendralejo y como interno en el Colegio Santa Ana de esa localidad, educado por los Cruzados de Santa María que fundara el jesuita P. Tomás Morales.
   25 de marzo de 1969: fecha señera en mi conversión y vocación, cuando tenía 16 años de edad.
   3º de Bachillerato Elemental en el Colegio Claretiano de Don Benito, formado muy esmeradamente por el entrañable P. Marino Pérez.
   Primer premio de pintura al aire libre en concurso celebrado en Don Benito.
   4º de Bachillerato Elemental por libre, trabajando en el campo y estudiando, examinándome en el Colegio Claretiano de Don Benito. Desde entonces me vinculé mucho al movimiento de los focolares.
   Reválida de Bachillerato Elemental en Zafra.
   5º de Bachillerato Superior en el Instituto Meléndez Valdés de Villafranca de los Barros.
   Premio Literario de Poesía en Mérida por unos sonetos.
   6º de Bachillerato y culminación del mismo en el Instituto Meléndez Valdés de Villafranca de los Barros.
   De joven practiqué mucho la vida de campamentos, de donde me aficioné a mi deporte favorito, la escalada en montaña, sobre todo en el pico Almanzor de la Sierra de Gredos, entre otros. De todos modos no he sido demasiado deportista. Algo hay de fútbol, pero no mucho; algo más de frontón y de ciclismo; y el deporte que me hubiera gustado practicar hubiera sido el golf; lo mismo que me hubiera gustado tocar el piano, pero mi vida fue siempre demasiado rural. Reconozco que mi tendencia natural es hacia lo refinado y de sibarita. Además soy más cerebrotónico que somatotónico. Con lo que disfruto es con la lectura y con el estudio, además de con paseos, viajes, conversaciones (mientras sean interesantes)… Me aburro con todo lo que sea frívolo, cateto, insulso y tonto. ¡Y me parece que cada vez hay más de todo esto! Me esfuerzo por mantenerme joven de corazón y por entender a los niños y a los jóvenes de hoy. Mi política es la que dé trabajo digno y promueva la justicia en la verdad y en la paz.
   Mi mayor pecado (siendo muchos los que cometí y cometo), tal como descubro ahora que voy entrando en años, ha sido siempre el de mi propia ingenuidad. Ya lo iré contando. Jesús, en su Evangelio, nos señaló que fuéramos sencillos como palomas pero astutos como serpientes. Yo he sido lo primero (aunque no faltan quienes me califiquen de hombre complicado), pero no lo segundo. También dijo Jesús que los hijos de las tinieblas son más astutos que los hijos de la luz. También en esto he pecado mucho, aunque jamás, incluso si me sé desatento o poco entrañable, he dejado de ser compasivo y misericordioso. Me considero tolerante, abierto, comprensivo, benevolente, condescendiente. No soy partidario de ninguna forma de integrismo, ni del rigor inhumano, ni de lo estricto, ni de lo normativo a ultranza, aunque en todo deseo obrar con seriedad y responsabilidad, cercano a lo razonable y al sentido común. A veces le digo al Señor que se me ha pegado mucho su gran tendencia a perdonar, que me perdone en todo caso por lo mucho que me gusta –como a Él– perdonar y disculpar. Tengo experiencias de haber sido mal atendido en algunas confesiones, pero también de haberme encontrado curas maravillosos en el confesionario ante mis propios pecados. Me preocupa mucho, me da mucha pena –lo digo ya como cura–, de la gente que confiesa mal o no se prepara bien para sus confesiones o lo hace de un modo muy superficial o rutinario o de cumplido o pesadamente. Y también me preocupa mucho que yo no esté a la altura de este magnífico sacramento como padre, médico, hermano y juez para salvar y alentar, en nombre de Cristo.
   De mi vida amorosa ¡qué os voy a contar! No entro en detalles, pero podría relatar episodios verdaderamente románticos y viscerotónicos. Pero me decidí por ser cura, con la vivencia vocacional que anteriormente os conté y que se fue fraguando o troquelando poco a poco.
   Hago los estudios eclesiásticos de filosofía durante dos cursos en el Seminario Conciliar de San Atón de Badajoz.
   Con el permiso y bendición del obispo D. Doroteo Fernández de Badajoz, al que expuse mis razones, pasé al Seminario Metropolitano de Sevilla, colaborando en el Centro Vida y Catecumenado de Universitarios de los Jesuitas. Compagino el Seminario con cursos en Bellas Artes por libre.
   Vendo algunas de mis pinturas para poder tener algunos ingresos, comprándomelas quiénes saben de mi apurada necesidad. Otras pinturas las fui donando para ayudas solidarias en proyectos diversos que organizaron exposiciones para recaudar fondos.
   Sigo en el Seminario de Sevilla integrado como seminarista a la Pastoral Sanitaria del Hospital Virgen Macarena.
   1975: a poco de la muerte de Franco, murió mi padre, con 51 años de edad.
   Sigo en el Seminario de Sevilla pero yéndome a Pilas, al Seminario Menor y a la Parroquia, al lado de D. Juan del Río, que luego será obispo de Asidonia-Jerez y arzobispo Castrense.
   En la parroquia de Pilas me ordena como diácono el Sr, Cardenal de Sevilla D. José Mª Bueno Monreal (noviembre de 1977).
   1977 fue también mi primer Camino del Rocío, lo que hice a partir de entonces siempre que pude con una u otra Hermandad. En 2010 me hice hermano de la Hermandad de la Virgen del Rocío Estrella de la Mañana de El Viso del Alcor.
   Termino los estudios eclesiásticos y llega el momento de mi ordenación sacerdotal, en la parroquia de Pilas recibida de manos del obispo (pileño) D. Jesús Domínguez de Coria-Cáceres (6 de mayo de 1979, IV domingo de Pascua, fiesta de Cristo Buen Pastor), cuando ya habían muerto los Papas Pablo VI y Juan Pablo I, estando en el pontificado de San Juan Pablo II. Don Jesús Domínguez, en su homilía de mi ordenación, acentuó mucho, como previniéndome, acerca de lo que tiene que estar dispuesto a sufrir un sacerdote. Tras mi ordenación asistí a la boda de mi hermana.
   A partir de mi ordenación tuve los cargos de vicario parroquial de Pilas y encargado o párroco de la Parroquia de San Miguel de Castilleja del Campo. Trabajamos mucho en equipo arciprestal (Pilas, Villamanrique, Carrión de los Céspedes, Huevar, Aznalcázar  Castilleja del Campo). Enseño religión en el Instituto de Pilas.
   Paso luego a ser párroco de Santa María de las Nieves en Alanís de la Sierra, atendiendo también otros lugares y cometidos de la Sierra Norte, sobre todo la parroquia de San Nicolás del Puerto.
   Comienza en Sevilla el pontificado de Fray Carlos Amigo Vallejo.
   Soy enviado a Roma y hago allí la licenciatura en Ciencias de la Educación, en la Universidad Pontificia Salesiana. Defiendo una tesina sobre la educación y la escuela en el Hogar de Nazaret. Realizo viajes por Europa, destacadamente Inglaterra, y sobre todo me recorro Italia. Fue en esos años capellán de la Casa Generalicia y Noviciado de las Agustinas Siervas de Jesús y de María en Roma.
   Regreso de Roma y se me integra en el equipo de formadores del Seminario Mayor de Sevilla, con docencia en el Centro de Estudios Teológicos.
   Se me nombra párroco de San José Obrero en San Juan de Aznalfarache.
   Paso en su momento otra vez a la parroquia de Pilas como vicario parroquial y dando clases en el Instituto.
   Paso luego a la diócesis de Coria-Cáceres, dedicándome a la oración y a la misericordia con pobres y enfermos entre los Esclavos de María y de los Pobres de Alcuéscar.
   Ocupo varios cargos en la diócesis de Coria-Cáceres: párroco de San Miguel en Zarza de Montánchez y encargado de las parroquias de Salvatierra de Santiago y Torre de Santa María, ayudado por otros sacerdotes. Luego se me hace profesor en el Colegio Diocesano de Cáceres y párroco de Sierra de Fuentes.
   Vuelvo a Sevilla, nombrado Director del Departamento de Acción Pastoral de la Fundación San Pablo CEU Andalucía, ejercido durante varios años.
   Hago el Doctorado en Ciencias de la Educación en la Universidad de Sevilla, que culmino con mi tesis sobre “Relación valores-virtudes según la teoría moral de Alasdair MacIntyre”. Mi madre había muerto antes de que yo defendiera esa tesis y culminara mi doctorado. La muerte de mi madre, como la de mi padre, fue lo más doloroso que me ha pasado en mi vida.
   Publico algunos libros, artículos y comunicaciones, participando en varios eventos y congresos académicos.
 
   Integrado en el Arciprestazgo de Pilas, con una particular dedicación en Carrión de los Céspedes, me hago cargo de nuevo de la Parroquia de San Miguel en Castilleja del Campo.
   Acabado mi cometido en la Fundación San Pablo CEU Andalucía, se me hace vicario parroquial en Sanlucar la Mayor.
   En 2004 celebré mis bodas de plata sacerdotales.
   En cuanto a viajes significativos o peregrinaciones puedo destacar que en más de una ocasión estuve: en varias de las convocatorias del Papa San Juan Pablo II de JMJ, tres veces en Tierra Santa, cuatro veces haciendo el Camino de Santiago, varias veces en Fátima y en Lourdes.
   Luego fui párroco de la de la Virgen de las Nieves en La Algaba, vinculándome allí al Camino Neocatecumenal.
   Pasando a Badajoz capital, fui párroco de la de Santiago Apóstol y profesor en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas, colaborando también en la parroquia del Cerro de Reyes y en la cárcel (pastoral penitenciaria). Seguí vinculado al Camino Neocatecumenal.
   Expongo pinturas con éxito en los salones de la Parroquia de San Juan Macías de Badajoz.
   Realizo otras exposición de pinturas, destacando la de la Sala de Exposiciones de Ribera del Fresno y la que antes mencioné en la Casa de la Cultura de Villafranca de los Barros, entre otras.
   Recibo el nombramiento para la Parroquia Santa María del Alcor, en El Viso del Alcor, donde tomé posesión o me hice cargo en septiembre de 2007, como ya contaré. Y aquí sigo, ya con el pontificado del Sr. Arzobispo D. Juan José Asenjo Pelegrina y de su Obispo Auxiliar D. Santiago Gómez Sierra.
   También en El Viso continué vinculado al Camino Neocatecumenal, del que en su momento hablaremos o trataré.
   Actualmente, manteniendo una gran amistad con el excelente escritor Jesús Sánchez Adalid, me ocupo, entre otras cosas, en componer un Chronicon que espero ir publicando progresivamente en cuanto pueda agenciarse como proyecto editorial.
   Yo no tenía ni idea acerca de la Parroquia de El Viso del Alcor; y de este pueblo, en el que nunca había estado, sólo sabía de oídas. Ni siquiera sabía que había habido una muy sonada coronación.
   Lo próximo que escriba será –prometo que muy interesante– sobre cómo fueron mis primeros contactos y mis primeros momentos en El Viso del Alcor, para ir así abordando todo lo referente a esta parroquia, sus áreas pastorales, sus hermandades, sus instituciones, sus tradiciones, su vida social… Aunque parezca que en estos principios trato de mí mismo, no lo hago por narcisismo o afán de protagonismo sino porque soy y me siento parte de la parroquia visueña. Será de ella –y de sus cosas o asuntos– de los que iremos tratando, de parte a parte, de ámbito en ámbito.
 
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