Acerca del blog

lunes, 3 de noviembre de 2014

Julián Chamizo y Hurtado. Relacionado con Medina de las Torres, Fuente del Maestre y Ribera.

UN BUEN SERVICIO

DE LA GUARDIA CIVIL

En 1900, cuando ganó el campeonato de España, era Comandante del puesto de Ribera. Llevaba 19 años en el Cuerpo y tenía 6 hijos. Foto suya publicada en una revista argentina de enero de 1901.
     Este cuerpo que desde su creación ha prestado innumerables y heroicos servicios a la nación, tiene ahora ocasión de enorgullecerse por el humanitario hecho llevado a cabo con grave riesgo de perder la vida, por cuatro guardias civiles del puesto de Rivera del Fresno (Badajoz).
     El día 30 de Mayo, en la madrugada, el cabo de puesto citado, Julián Chamizo Hurtado, recibió aviso de haberse iniciado un incendio en una casa inmediata.
     Inmediatamente el cabo, acompañado de los guardias Bartolomé Martín Jerez, Juan Carvajal y Gregorio Medina Seco, dirigiose a la casa incendiada, que halló completamente cerrada.
     Todos cuantos esfuerzos y llamadas se hicieron para abrir la puerta o lograr que los habitantes de la casa lo hicieran, resultaron inútiles, siendo preciso, para poder apreciar la magnitud del incendio, que el cabo Hurtado subiera al tejado de una casa inmediata, desde donde se presentó a su vista un espectáculo horrible.
     En el centro del corral, y rodeados por las llamas que por momentos iban estrechando más el círculo, se hallaban cuatro personas casi desnudas, y que efecto del pánico que de ellas se había apoderado no, podían dar voces para pedir auxilio ni apenas moverse.
     Acompañado Hurtado del guardia Carvajal y dando muestras de un heroismo sin límites y de gran desprecio a la vida, lanzaronse hacia el corral atravesando por entre las llamas y logrando salvar a aquellos infelices que ya estaban a punto de ser devorados por las llamas.
     No termina todavía aquí la heroica acción; en el interior de la casa que ardía se hallaban dos hijos del dueño, uno de los cuales es ciego.
     Los valerosos guardias subieron al tejado, y echando abajo cuantos obstaculos se oponian a su paso, llegaron al lugar donde se hallaban los dos hermanos, que también fueron salvados cuando ya se encontraban en estado de axfisia.
     Momentos después se desplomaba la techumbre de la casa con terrible estrépito.
     El heroico cabo Hurtado perdió toda su ropa en el incendio por habérsele quemado, sufriendo también fuertes contusiones, causada una de lleas por un madero que cayó ardiendo sobre él al sacar en brazos al ciego.
     Tal es el meritísimo hecho llevado a cabo por la Guardia civil, por el cual se instruye expediente para conceder la cruz de Beneficencia al cabo y sus compañeros.
     Con toda sinceridad enviamos nuestra entusiasta felicitación al benemérito instituto, cuyo brillante hsitorial está lleno de acciones tan sublimes cual la que acabamos de narrar.

Incendio 1897


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar en ésta página