Degustando las primeras frutas del verano en los caminos de Ribera
‘La Ruta de las Huertas y Noche de San Juan’ de Ribera del Fresno fue una fiesta senderista en la que se recrearon costumbres de hace siglos. Llegado el día de San Juan, pequeños y mayores de la localidad pacense recorrían las fértiles huertas a lo largo del Arroyo Valdemedel para disfrutar de las primeras frutas del verano. Una costumbre que desde hacía décadas se había venido perdiendo. Gracias a la asociación ACEPAR y Amigos Senderistas “La Alberca” se ha podido recuperar esta tradición lugareña. El pasado sábado Ribera del Fresno recreó costumbres del siglo XX que tanto significaron para padres, abuelos y nietos con múltiples actividades que se desarrollaron hasta la madrugada del día 23 de junio.
La marcha arrancó del atrio del Cristo, centro urbano de la villa pacense con 170 senderistas venidos de buena parte la geografía regional: Puebla del Prior, Hornachos, Villafranca, Montijo, Puebla de la Calzada, Santa Marta, entre otras localidades. Los caminantes subieron por la calle Sevilla hasta el Camino de Bienvenida desviándose posteriormente hacia el de Calzadilla de los Barros, hasta llegar a la primera huerta de la Vega de la Ribera del Valdemedel, primera sorpresa de la tarde cuando cuatro hortelanas esperaban atender a tan numeroso público con albaricoques, coronillas, perinos, membrillos y otros manjares, una recreación que ubicó rápidamente al peregrino en otro tiempo. Posteriormente en la Hacienda de don Rodrigo de Brito, el entusiasta cronista local Juan Francisco Llano volvió a transportar a niños y mayores al pasado, siglo XVIII y XIX situando a ésta villa paso obligado de tropas francesas con leyenda incluida.
Al llegar a los Pilones cruzar sería la aventura que muchos senderistas no esperaban, sobre todo los pequeños, que vivieron el momento cumbre, superar el agua a su paso, para alcanzar parte de las antiguas norias y huertas mejor conservadas, dándose un baño en su alberca los más jóvenes. Antonio Fernández, amante de la etnográfica local, describió con precisión el paso del agua por noria, molino, acequia para regar éstas huertas. Llegado a este punto la organización brindó la oportunidad de continuar hasta el Cortijo Bonito o regresar con los más pequeños al pueblo. 110 personas volvieron a las 22:30 horas y el resto, 70 senderistas, continuaron atravesando el Valdemedel bajo la luz de la luna alcanzar. Un momento en el que se alcanzó el Cortijo alumbrado por velas para dar a conocer por qué no se finalizó en 1928, envueltos en la leyenda a la que trasladó Llano Báez y la que sumaría acto seguido miembros de ACEPAR con MC Báez y las fábulas y supersticiones de aquella época, haciendo escala para tomar fuerzas bocadillo y mucho líquido antes de emprender la vuelta. Clausurando la noche volviendo al pueblo por diferentes caminos de la Jara hasta el punto inicial donde muchos pararían en los diferentes locales a refrescar la intensa jornada.
La Alberca repite así su senderismo a espacios naturales con la magia de San Juan. Fueron 12 kilómetros de escasa dificultad que se hicieron muy cortos para los participantes. Tras los éxitos cosechados en las rutas anteriores de Hornachuelos y Lavadero de Lanas, este grupo de senderistas han apostado fuerte por lo más nuestro y autóctono, las huertas de Ribera del Fresno.
La organización agradece la colaboración de la Policía Local y Protección Civil, así como a ACEPAR por la ilusión que ha puesto desde el principio y su disponibilidad, al grupo de hortelanas por su implicación en el papel, a Maricarmen Báez y Teresa Rodríguez su apuesta por realizar esta ruta y “recuperar” esta costumbre de San Juan, a los niños por dar la magia que sin ellos no hubiera sido igual. Asimismo a quienes donaron la fruta de sus huertas: Domi, Luci Fuentes, Frasco, Acepar, José Ponce. “A Francis García, por dejarnos entrar en la antigua bodega, Antonio Ruíz y Justa que nos han abierto las puertas de su huerta y a toda la gente que han confiado en nosotros”.
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