Juan Llano - http://www.facebook.com/juanfrallano Juan Llano de Ribera del Fresno - 04/01/2011
13:16 h.
Se cumplen 14 años que Ribera del Fresno despidió conmocionada a su hostelero "alemán".
El fallecido ejerció toda su actividad en el municipio. Domingo Llano Valverde nació en Ribera del Fresno el 7 de marzo de 1934.
Domingo sirvió y atendió a varias generaciones y siempre se le conoció
por ese emigrante que se fue y que volvió para emprender en su pueblo y
criar aquí su familia. Domingo Llano, el hostelero "alemán" de Ribera
del Fresno, un gran hombre lleno de sabiduría, honradez y buen corazón
falleció la madrugada del lunes 30 de diciembre de 1996, el municipio
donde ejerció su profesión durante más de 30 años, tras una larga
enfermedad.
A sus 62 años, recibió la veneración de un pueblo al buen hacer de una persona especial que, además de dignificar su trabajo, fue transmisor de los mejores valores sociales durante toda una vida dedicada a los demás. El funeral tuvo lugar la tarde del martes 31 de diciembre en la parroquia Nuestra Señora de Gracia, como despedida fin de año. Vecinos, amigos, familiares y representantes de la hostelería que dirigía Manuel Vázquez, afirmaron juntos la fortuna de conocer a este gran hombre que durante cuatro décadas puso todo el cariño a una profesión, la de camarero, «por su amabilidad, su cercanía, su saber estar, su labor social y gran corazón». Domingo Llano Valverde, el hostelero "alemán" de Ribera fue un hombre muy querido e importante tanto en Ribera del Fresno, como en toda la comarca.
Siempre en pie
Siempre en pie, como durante 30 años, Domingo abría la esquina antes Bar Nuevo, a las seis de la mañana, pero no sólo se limitaba a cerrarlo más tarde, ya para eso había abierto e incluso cerrado muchas veces la que fue Discoteca Llaba Llano Báez desde que la inauguró en 1975 al 1986. Conocía a todo el público, clientes y vecinos a cada persona sabía como tratarla, en la mayoría de las veces darla consejos y en muchos casos también escucharlas, dada la época que le tocó vivir siempre se sintió tutor de muchos de los/as jóvenes que en aquel entonces atravesaba la adolescencia y cuidaba que no le pasara nada. Hablar con muchos de los padres y madres para que entendiesen echos de sus hijos/as o servir el café en el bar tras haber retirado las copas en la discoteca eran hechos habituales. Domingo siempre fue una persona culta, en aquellos duros años su máquina de café fue vehículo de tertulias, charlas y debates de Ribera. Domingo, el hostelero "alemán" era además el encargado de realizar numerosas actividades bancarias y burocráticas gracias a su generosidad y a la confianza ciega que sus paisanos tenían con él.
Claves en la vida rural
Camareros como Domingo Llano, eran piezas claves en la comunicación. Currantes legendarios, que siempre a pie daban vueltas kilométricas, detrás de una barra o mostrador, ya fuese en el restaurante-café-bar Nuevo, discoteca Llaba o disco-pub El Figón. En la pequeña localidad de Ribera, no han olvidado al "alemán" y a su especial entrega con sus habitantes. Figura icónica del folklore rural, presente en la tradición tabernaria y aún más en la memoria de los abuelos, el barman de pueblo era una mezcla de psicólogo, confesor, redactor y un consultorio para todo y con carácter vitalicio. Su humanidad y especial carácter le hacía también ser la persona que se encargaba de consolar a los familiares en aquellos duros momentos.
Labor social
Domingo Llano, el hostelero "alemán" de Ribera, fue durante años una figura central en la vida del pueblo y la comarca. A él acudían todos los vecinos con toda clase de peticiones: el simple hecho de recoger una carta, un paquete, un encargo, para personas mayores que vivían aisladas, o sus horarios no le permitían estar en casa, ahí estaba Domingo diciendo, "Han dejado esto para ti".
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A sus 62 años, recibió la veneración de un pueblo al buen hacer de una persona especial que, además de dignificar su trabajo, fue transmisor de los mejores valores sociales durante toda una vida dedicada a los demás. El funeral tuvo lugar la tarde del martes 31 de diciembre en la parroquia Nuestra Señora de Gracia, como despedida fin de año. Vecinos, amigos, familiares y representantes de la hostelería que dirigía Manuel Vázquez, afirmaron juntos la fortuna de conocer a este gran hombre que durante cuatro décadas puso todo el cariño a una profesión, la de camarero, «por su amabilidad, su cercanía, su saber estar, su labor social y gran corazón». Domingo Llano Valverde, el hostelero "alemán" de Ribera fue un hombre muy querido e importante tanto en Ribera del Fresno, como en toda la comarca.
Siempre en pie
Siempre en pie, como durante 30 años, Domingo abría la esquina antes Bar Nuevo, a las seis de la mañana, pero no sólo se limitaba a cerrarlo más tarde, ya para eso había abierto e incluso cerrado muchas veces la que fue Discoteca Llaba Llano Báez desde que la inauguró en 1975 al 1986. Conocía a todo el público, clientes y vecinos a cada persona sabía como tratarla, en la mayoría de las veces darla consejos y en muchos casos también escucharlas, dada la época que le tocó vivir siempre se sintió tutor de muchos de los/as jóvenes que en aquel entonces atravesaba la adolescencia y cuidaba que no le pasara nada. Hablar con muchos de los padres y madres para que entendiesen echos de sus hijos/as o servir el café en el bar tras haber retirado las copas en la discoteca eran hechos habituales. Domingo siempre fue una persona culta, en aquellos duros años su máquina de café fue vehículo de tertulias, charlas y debates de Ribera. Domingo, el hostelero "alemán" era además el encargado de realizar numerosas actividades bancarias y burocráticas gracias a su generosidad y a la confianza ciega que sus paisanos tenían con él.
Claves en la vida rural
Camareros como Domingo Llano, eran piezas claves en la comunicación. Currantes legendarios, que siempre a pie daban vueltas kilométricas, detrás de una barra o mostrador, ya fuese en el restaurante-café-bar Nuevo, discoteca Llaba o disco-pub El Figón. En la pequeña localidad de Ribera, no han olvidado al "alemán" y a su especial entrega con sus habitantes. Figura icónica del folklore rural, presente en la tradición tabernaria y aún más en la memoria de los abuelos, el barman de pueblo era una mezcla de psicólogo, confesor, redactor y un consultorio para todo y con carácter vitalicio. Su humanidad y especial carácter le hacía también ser la persona que se encargaba de consolar a los familiares en aquellos duros momentos.
Labor social
Domingo Llano, el hostelero "alemán" de Ribera, fue durante años una figura central en la vida del pueblo y la comarca. A él acudían todos los vecinos con toda clase de peticiones: el simple hecho de recoger una carta, un paquete, un encargo, para personas mayores que vivían aisladas, o sus horarios no le permitían estar en casa, ahí estaba Domingo diciendo, "Han dejado esto para ti".
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